La amortización de un préstamo corresponde a la fracción del capital prestado más los intereses y que se reembolsa en cada vencimiento (mensual, trimestral o anual).
Existen dos tipos principales de amortización, a saber:
- la amortización constante o lineal,
- la amortización mediante cuotas constantes.
La amortización constante propone
reembolsar cada mes una parte fija del capital y una proporción variable de intereses. Los intereses se calculan sobre la suma restante adeudada, por lo que disminuyen en cada vencimiento durante toda la duración del préstamo. El método de cálculo del importe de las amortizaciones constantes es relativamente sencillo. Basta con dividir la suma prestada entre el número total de años. Así, para un préstamo hipotecario de 150 000 € a 20 años, la amortización constante es de
7500 € al año, es decir,
150 000 €/20 años. Esta fórmula de crédito permite amortizar los gastos financieros a lo largo del tiempo. Sin embargo, el prestatario debe disponer de ingresos más elevados para hacer frente a los pagos iniciales.
En el caso de una amortización mediante cuotas constantes, el importe de los pagos, denominado «cuota», es el mismo cada año. Incluye la suma prestada y los intereses adeudados, que se desglosan de la siguiente manera:
∙ Importe de los intereses pagados = importe del préstamo pendiente de pago x tipo de interés;
∙ Importe de la amortización =
cuotas constantes – importe de los intereses pagados.
Por ejemplo, un prestatario suscribe un crédito de 150 000 €, con un tipo de interés anual del 6 %. Se compromete a devolverlo pagando cada año una anualidad de 15 000 €. Así, en la fecha de inicio del préstamo, la parte correspondiente a los intereses es de 9000 € (150 000 € x 0,06) y la correspondiente a la amortización del capital es de 6000 € (15 000 € - 9000 €).
Con este
método de amortización, el deudor conoce de antemano el importe exacto de sus
pagos periódicos, lo que facilita la gestión presupuestaria. También permite distribuir de forma equitativa el reembolso del capital prestado a lo largo de la duración del préstamo. A medida que avanza el periodo de amortización, la parte del capital devuelta aumenta, mientras que la de los intereses disminuye.
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